
Hacia las 6:30 a.m. del 1 de septiembre de 2006 recibí la llamada de un agente del CTI quien me informaba que en la noche anterior se había presentado un terrible caso de violación donde estaba involucrado un cabo del ejército.
La audiencia sobre este caso se realizó ese mismo día en la Unidad de Reacción Inmediata URI, de la Granja, debido a que los hechos ocurrieron en el barrio Patria, en Bogotá Colombia.
Desde el medio día los periodistas llegaron a la URI y en uno de los costados del lugar pudieron obervar que se encontraba estacionado el carro rojo donde el hombre habría cometido el delito. Frente a la puerta de acceso esperaban anciosos familiares del cabo, de la niña, periodistas y curiosos.
Finalmente se permitió el acceso a la sala de audiencias pero fue muy restringida, familiares de víctima y victimario tuvieron que compartir las sillas en un espacio reducido.
La audiencia inicio hacia las 4:00 p.m. y terminó pasadas las 8:00 p.m. En ella la fiscal relató los hechos: el jueves 31 de agosto a las 11:00 p.m. un taxista llegó a un lavadero de carros acompañado de sus dos hijos, un niño de siete años y una niña de cinco. Por unos minutos los dejó en el parque infantil cercano y cuando regresó ellos ya no estaban.
De inmediato llamaron a la red de apoyo de taxistas y se dió inicio a la búsqueda de los pequeños. Minutos más tarde el niño llegó al lavadero y les dijo que un hombre se les había acercado, les había ofrecido dulces y llevarlos a dar un paseo. Cuando ellos se subieron al carro vieron que los vidrios eran oscuros y que el hombre era "un soldado" afirmó el pequeño.
Audiencia de control de garantías
Foto / Cotesía City Noticias
El niño relató que cuando habían avanzado una cuadra el hombre le dijo que se bajara y lo lanzó del carro quedándose con su hermanita. Al escuchar la historia el papá y demás taxistas llamaron a la Policía y continuaron la búsqueda.
A pocos metros de la Escuela Militar de la calle 80 y cerca a la residencia del cabo, fue encontrado el sujeto reclinado en el carro sobre la niña y con su pantalón y ropa interior a los tobillos. La pequeña estaba llorando, con su ropa interior también a las rodillas y tapándose la cara con su vestido. Ella acababa de ser violada por el cabo.
La policía lo detuvo y pudo verificar que el hombre se encontraba en un alto estado de alicoramiento. La víctima fue llevada a medicina Legal y se confirmó que había sido agredida sexualmente.
En la audiencia la fiscal le formuló los delitos de: acceso carnal agravado, secuestro y lesiones personales, que podrían darle de 16 a 30 años de cárcel. El cabo no aceptó los cargos y su caso irá a un juicio oral.
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