
En Bogotá, existe un lugar autorizado por las autoridades distritales para que se pueda ejercer libremente la prostitución, se trata del barrio Santa Fe de la localidad de los Mártires. Lo que no se autorizó es que utlicen niños para este negocio del sexo.
Por eso cuando se empezaron a recibir denuncias de que en una de las casas del sector tenían como mercado sexual a niños y los negocios se hacían a través de llamadas telefónicas, de inmediato se montó un operativo donde fueron encontrados un grupo de proxenetas y 12 niños que ejercían la prostitución.
La investigación dio sus frutos después de varios meses durante los cuales la policía hizo un seguimiento a los proxenetas y clientes del lugar, incluso realizo interceptaciones telefónicas donde se negociaban los placeres sexuales de diversos hombres. En la conversaciones quedó claro que los clientes podían tener relaciones con las niñas en esa casa o podían llevárselas a otro lugar.
Poco a poco a través del Nuevo Sistema Penal Acusatorio se han ido judicializando los proxenetas de este caso, incluso la administradora del lugar llamada Oliva ya obtuvo su sentencia y negoció con la Fiscalia una rebaja de penas a cambio de denunciar al resto de cómplices.
La citada esta vez fue Marisol Serrano, la madre de dos niñas de 12 y 13 años que fueron encontradas en el lugar.
En el juicio la fiscal del caso Gloria Guzmán manifestó que la mujer debe responder por los abusos hacia las niñas a quienes obligaba a vender sus cuerpo a cambio de unos pocos pesos que debían ser entregados a su progenitora.
Al finalizar el primer día del juicio declaró Oliva y confirmó lo dicho por la Fiscalia, Marisol Serrano, sí sabía que sus hijas ejercían la prostitución e incluso les daba ordenes sobre lo que ellas debían hacer. También dijo que mientras la mujer descansaba en Pacho Cundinamarca, las niñas debían "trabajar" para llevar dinero a casa.
1 comentario:
Hola pollita, te felicito por entrar al ciber espacio y expresar tus conocimientos profesionales, te deseo muchos exitos con tu blog.... un beso Juan José.
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